La Luna

El camino de la noche es diferente al del día. De día, nuestra visión no es la de la noche. Nuestras percepciones por la noche cambian nuestro estado de conciencia hacia un lado más salvaje, más bestial. Salen a relucir los instintos, así como nuestros miedos y miedos. Si alguna vez has caminado en medio de la noche por un sendero sin iluminación, solo, por un camino desconocido, hacia un horizonte apenas visible, o incluso indefinible como en mar abierto, comprenderás fácilmente el significado de esta carta. El miedo a ser seguido, a ser agredido, hace aflorar emociones negativas. El paisaje oscuro nos preocupa. Recuperar la propia serenidad depende sólo de nosotros, de nuestra confianza, de nuestra reconciliación con nuestra interioridad. . La luna nos invita a trabajar nuestros miedos, nuestros miedos, nuestras dudas con dulzura. Sentirse desorientado es redescubrir la búsqueda del camino correcto. La serenidad, la prudencia, nos lleva a la elevación espiritual. La luna nos lleva a la siguiente reflexión: «la oscuridad es la ausencia de luz».